ERIC FISCHL, Otro artista más de los 80’

Confesamos haber sentido devoción incondicional en su momento por las pinturas de Eric Fischl, que fue uno de los máximos exponentes en lo que se llegó a denominar realismo posmoderno. Protagonizó la escena artística neoyorkina de los ochenta y rivalizó con Julian Schnabel y David Salle.

Sus pinturas de entonces representaban tórridas y angustiosas escenas basadas en los aspectos más retorcidos de las relaciones humanas. Nos llamaban profundamente la atención aquellos cuerpos desnudos bañados por la luz tamizada a través de las ventanas de una sórdida habitación de hotel y que mostraban impúdicamente los oscuros mecanismos por los que se mueve el deseo o el sexo.

Ahora Eric Fischl expone en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga y reflexiona en torno al tema, bastante manido por cierto, de la ambigua y supuesta relación de amor, seducción y muerte entre el toro y el torero. En cuanto a la temática desarrollada es evidente que no descubre nada nuevo pero el caso es aún más triste si observamos cómo este argumento se plasma en unas pinturas insubstanciales y nada sorprendentes desde el punto de vista formal.


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